Acerca de los perfumes, en este caso para ropa.

Si bien este no es un espacio por mí pensado para este tipo de artículo técnico voy a explayarme un poco acerca de ciertas cuestiones que aquejan a la mayoría de los productores de perfumes para ropa. Obviamente, no entraré en detalles de gran profundidad.

   Si bien parece un cuestionamiento tonto, la primera gran cuestión deviene de una sencilla pregunta, ¿Qué es un perfume para ropa? Y la respuesta es sencilla, un producto cuya finalidad es dar una fragancia agradable a la ROPA. La idea de base es que los fabricantes de suavizantes en su contínuo afán de reducción de costos, han reducido la cantidad de esencia a un límite tan bajo que consecuentemente se debe reforzar la fragancia luego del lavado por la falta de persistencia, y por  otras causas que no pertenecen al alcance de este trabajo.

   Ahora bien, si el objetivo es perfumar la prenda, el producto no debe resultar invasivo de otros aromas, como el de la fragancia corporal, es mas sería deseable que todas estuvieran en conjunción y no fuera una dicotomía incomprensible de fragancias. Porque resulta extraño pasar por el lado de una persona que uele como si se hubiera bañado en Chanel 5, bañado en una tina de leche de coco, humectado el cabello con frutillas, lavado las manos con aceite de lavanda y por último revolcado en una hojarasca de cítricos.

   Aunque resulte risueño el ejemplo mas de un lector se verá reconocido, o al menos recordará la experiencia.

   Por ello, dejando de lado que sería deseable ser consistente con las fragancias y que todos los aromas fueran congruentes, el perfume para ropa debe ser un producto que no resulte invasivo de otros. El perfume para ropa está pensado para darle una fragancia agradable de ropa limpia a las prendas a lo largo de un día, principalmente en las ciudades, en donde se acumulan restos de tierra, smog, etc en los tejidos, dándoles mal olor, por mas que la prenda se encuentre perfectamente limpia al inicio del día.

   Consecuentemente, lo ideal, según lo planteado, sería que la fragancia persista por todo un día en una prenda expuesta al aire. También sería ideal que la fragancia se complemente con la de la personal, o al menos no la opaque.

   En el entretanto no hay que olvidar algunas cuestiones fundamentales, como que los elaboradores necesitan de un gran tiempo de estacionamiento como para poder ofrecer su producto en la calle. Éste tiempo muerto, es en realidad dinero muerto en estacionamiento, con lo que ello implica, espacios de guardado, recipientes de almacenamiento, consecuentemente el capital necesario va creciendo en función del tiempo de guarda en forma lineal.

   Para subsanar todos estos planteos y lograr conciliar lo casi inconciliable, como es, lograr el producto deseado por el consumidor, a un costo razonable que permita ganancia y con el menor capital posible. ¿Difícil? Sí, pero no imposible.

   A lo largo del tiempo, experimentando logramos optimizar los procesos para lograr un producto que concilie todos los aspectos. 

   El punto de partida es sencillo. El perfume para ropa, al igual que el resto de los perfumes, no es mas que un aceite disuelto en una mezcla de alcohol y agua, ahora bien, la nueva generación de productos sintéticos ha puesto a nuestro alcance infinidad de productos sintéticos o no, que utilizados de forma consistente pueden hacer que consigamos un buen producto a un muy buen costo.

   El resto, es investigación y desarrollo.